3-dias-en-Marrakech

Marrakech en 3 días. Qué ver en la ciudad roja

Los dos países más seguros para viajar a África son Marruecos y Sudáfrica. Dada la cercanía a Europa, y en nuestro caso a Madrid, Marruecos se ha convertido en el destino turístico principal para conocer el continente africano. Tal es el caso de ciudades como Tánger, Rabat, Casablanca, Fez o Marrakech.

Nosotros escogimos Marrakech, ya que la combinación desde Madrid es perfecta y la relación vuelo-precio es de las mejores de todas las ciudades marroquíes. Además, para aquellas personas que quieran conocer el Desierto del Sahara, Marrakech es la urbe más próxima y desde donde parten la gran mayoría de tours. Marrakech es una ciudad que se puede ver en tres dias.

Se sitúa a los pies de la cordillera del Atlas y su población es predominantemente bereber. Fundada por almorávides, fue capital de Marruecos, del Imperio islámico y hoy en día, es una de las ciudades más pobladas del continente africano. Se trata de una ciudad en la que la población cuida al turista como si de un marrakechí más se tratara. Los ciudadanos comprenden que el turismo se ha convertido en su fuente de ingresos más importante.

Su moneda oficial es el dirham marroquí y 1€ equivale a 10 dirhams. Indicar que, se puede pagar con euros en todos los locales.

QUÉ HACER EN MARRAKECH

1. VUELOS

Su aeropuerto principal es el aeropuerto de Menara (RAK). Es completamente nuevo y la metodología para llegadas y salidas ha cambiado considerablemente en el año 2020 para suerte de los turistas. Antiguamente, había que rellenar un formulario para entrar y para salir del aeropuerto. Además había que pasar varios controles, lo que dificultaba y retrasaba mucho el disfrute de la ciudad. Hoy en día no es así, sólo hay que pasar los controles propios de un destino internacional (pasaporte y equipaje).

Como siempre, nuestros vuelos los reservamos a través del buscador eLandFly. Se trata de un comparador de vuelos que os ofrece los precios más bajos en función de la fecha que deseéis. Una vez que eliges el mejor vuelo, os reedirige a la web de la aerolínea para terminar el proceso de reserva. Desde que lo conocimos se ha convertido en nuestro buscador por excelencia.

Para más información sobre eLandFly, visitad nuestro artículo. Una vez que llegamos al aeropuerto de Menara tuvimos que pasar el control de pasaportes y luego un escáner de maletas para salir del aeropuerto.

2. TRASLADOS AEROPUERTO

Contratamos el servicio de traslados con la agencia Menaratrip para que nos llevara a nuestro riad. Justo en la puerta de salidas estaba esperándonos nuestro chófer con un cartel que ponía nuestro nombre. El chico hablaba perfecto inglés, nos atendió perfectamente y se preocupó por llevarnos las maletas. Además de los traslados, esta agencia dispone de tours por la ciudad y alrededores.

Menaratrip cuenta con un equipo de profesionales y el conductor fue tan amable de llamar al recepcionista de nuestro riad para que viniera a por nosotros. Tenemos que añadir que, Marrakech es una ciudad con calles muy tortuosas, laberínticas y para las personas que no estamos acostumbradas, la primera sensación es de respeto, sobre todo si vas de noche. El chico de menaratrip y el chico de nuestro riad quedaron en un punto y en ningún momento estuvimos solos.

Os recomendamos los transfers con esta empresa, ya que la calidad-precio es muy buena, merece la pena y son especialistas en lo que al turista se refiere.

3. ALOJAMIENTO

Antes de nada, queremos hablaros acerca de lo que es un riad y las diferencias con respecto a un hotel. Un riad es una casa particular convertida en hotel. Disponen de un patio interior cuadrado y en los alrededores se encuentran las habitaciones con un baño privado. Algunos riads tienen una fuente en el centro del patio y otros disponen de piscina. Cuenta con todas las comodidades de un hotel y es el alojamiento característico de Marruecos.

Cada vez que viajamos nos gusta sentirnos como locales, por lo que teníamos claro que queríamos alojarnos en un riad y vivir la auténtica experiencia marroquí.

Nos alojamos en el Riad Irene y fue todo un acierto. Tiene una puntuación de 9,3 en Booking, el precio es muy asequible y es uno de los mejores de la ciudad. Las instalaciones estaban impolutas, el personal muy servicial y la decoración es muy auténtica. Además, disponen de wifi y funciona perfectamente.

El Riad Irene tiene tres plantas. En la primera se encuentra la recepción, el comedor y un patio interior. En la segunda se encuentran las habitaciones y en la tercera, hay una terraza estilo chill out, desde donde se puede contemplar la medina y toda la ciudad.

La habitación disponía de aire acondicionado (frío o calor) y de todas las necesidades básicas, además del baño. Nos trataron como auténticos huéspedes y el desayuno fue de lo más completo: café, zumo de naranja recién exprimido, pan, tortitas, mantequilla, mermeladas y frutas.

Justo el primer día que nos disponíamos a contemplar la ciudad, el recepcionista nos dio un mapa de Marrakech y nos dijo la ruta que tomar para ir a Jemaa el Fna (centro neurálgico de la ciudad).

Como podéis comprobar, no podéis iros de Marrakech sin pasar una noche en un riad. Os recomendamos el Riad Irene, instalaciones limpias, precios baratos, personal amable y desayuno completo.

4. DÍA 1

TOUR

La primera mañana hicimos un tour, partió a las 09:30 desde el hotel Alí (justo enfrente de Jemaa el Fna) y estaba repleto de personas de habla española. Civitatis es de las pocas compañías que hace freetours en español y de ahí que hubiera 5 grupos sólo en el rato en el que estuvimos.

Se llama Free tour por Marrakech, el recorrido es de 4 horas y el guía es un marroquí que habla español. Nos llevó a la Medina y a la Mezquita Koutoubia y pudimos comprobar el gran parecido que tiene a nuestra Giralda de Sevilla. Nos explicó que sólo hay 3 en todo el mundo, dos de ellas se encuentran en Marruecos y la otra en la capital andaluza.

Tras un paseo en el que nos detallaba historias de la ciudad, nos adentramos en la kasbah, desde donde pudimos comprobar las murallas y las puertas de acceso a la ciudad fortificada. Pasamos por el barrio judío para contemplar la estética de las fachadas de las casas y llegamos al Palacio de la Bahía.

NO OS RECOMENDAMOS entrar al Palacio de la Bahía, cuesta 70 dirhams, es decir, 7€ y no hay nada que ver más que un patio interior y, eso sí, azulejos y madera difíciles de tallar. El resto, no hay nada más, es solo dar una vuelta a más de lo mismo, por lo que os recomendamos quedaros en la puerta hasta que salga el grupo. Por un momento lo estuvimos planteando y si llegamos a saber lo que hay dentro finalmente no hubiéramos entrado.

Tras salir del Palacio de la Bahía, el guía nos llevó a un herbolario. Una vez dentro, nos metieron en una sala con bancos para sentarnos. Uno de los trabajadores del local empezó a vendernos sus productos como si de una secta se tratara.

Lo curioso fue que casi todas las personas del grupo tenían sus bolsas llenas, ya que por supuesto, cada dos productos te regalaban el tercero (al más puro estilo Carrefourniano).

Tras salir del herbolario, el guía nos llevó de vuelta a Jemaa el Fna, desde donde finalizó nuestro free tour y nos dio consejos sobre los locales de comida. Por cierto, cuidado con los precios en Jemaa el Fna, comparad un sitio con el de al lado ya que el mismo producto os puede costar el doble. ¡Que no os convenzan los vendedores de la puerta!

OCIO

Tras acabar el tour, nos decantamos por comer en uno de los puestos ambulantes que hay justo en medio de la plaza. Esta zona está llena de puestos de comida y hay una gran variedad para elegir. El precio es asequible y se aprecia que la calidad es buena. Nuestro consejo es que vayáis al que más personas tenga.

El resto del día lo pasamos en la plaza Jemaa el Fna y los alrededores. Tomamos café en la terraza del Café de France, desde donde hay unas vistas espectaculares de la ciudad roja. Desde lo alto puedes ver una panorámica de toda la plaza, perfecta para ser fotografiada.

Después del café anduvimos por todo el zoco para hacer algunas compras y traernos algún que otro recuerdo de Marrakech. Ojo con los precios que en esta ciudad se regatea absolutamente por todo. Y tras una tarde intensa con los vendedores, ¡por fin llegó el atardecer!

La ciudad se transforma a la caída del sol, el momento es para recordar. Jemaa el Fna se llena de vida justo cuando llega la noche, todo gira en torno a la plaza llenándolo de color y cultura. Acróbatas, bailarines, timbales, música, puestos callejeros, trovadores, tiendecitas de fruta, pavos reales y hasta monos se dan cita en está mágica plaza. Todo esto se funde para convertir a Marrakech en una ciudad mágica, un gusto para los ojos.

Para cenar fuimos a una pizzería que se encuentra en la plaza. Las pizzas estaban muy buenas y el servicio muy amable, lo recomendamos. El nombre del local es Yamy´s.

Tras cenar, dimos una última vuelta por la plaza y volvimos al riad. Esta vez era toda una aventura, ya que no teníamos a ningún guía con nosotros. Como os hemos comentado anteriormente, todas las calles de Marrakech son iguales y parece que ya has pasado por ahí. La verdad que cuesta mucho ubicarse, pero «San Google» hace magia. En algunas calles os encontraréis puestos de seguridad para el turista, en el que podéis preguntar al personal en el caso de desubicaros.

Tened cuidado con los niños que juegan en la calle, ya que para divertirse no tienen otra cosa mejor que hacer que decirles a los turistas que la calle está cerrada y que no hay salida, ¡mentira!, vosotros seguid el camino según San Google aunque veáis que la calle se cae a pedazos.

5. DÍA 2

TOUR

Este día hicimos ruta por libre. Nos dirigimos hacia Jemaa el Fna y justo enfrente de la mezquita Koutoubia hay una parada de taxis. Negociamos con el taxista el trayecto Jemaa el Fna – Jardin Menara – Jardin Majorelle – Jemaa el Fna y visitamos los lugares más apartados de la ciudad.

Para aquellas personas que quieran tener reservada desde casa esta ruta, existe la posibilidad de reservar un tour que os llevará a los mismos lugares a los que fuimos nosotros. Os recogerán en vuestro hotel, os llevarán a Jardin Majorelle, luego a Jardin Menara y os darán un paseo en calash, o lo que es lo mismo, un carro de caballos. Por último, os devolverán según prefiráis o a vuestro hotel o a la plaza Jamaa el Fna. El tour se llama Paseo en calesa por los Jardines de Marrakech.

La primera parada fue Jardin Menara. En esta zona se encuentra un palmeral en el que puedes dar un paseo en camello. El Jardin Menara se encuentra junto a un estanque en medio de un olivar en el que se respira un remanso de paz. A un lado del estanque se haya el Pavillon de la Menara, una antigua residencia de verano del sultán Ab dar-Rahman ibn Hicham.

El nombre de Menara proviene de la pequeña pirámide verde (menzeh) del tejado del Pavillon. Hoy en día este lugar se ha convertido sin lugar a dudas en uno de los símbolos de la ciudad.

Una vez salimos del recinto nos dirigimos hacia donde nos esperaba nuestro taxista (se quedó aparcado fuera), para poner rumbo a Jardin Majorelle. Es uno de esos sitios que siempre habíamos querido ir, lo habíamos visto en fotos de otros viajeros y ya sabíamos que tenía algo especial.

Una vez llegamos, el taxista le dio una tarjeta con su número de teléfono al guardia del lugar para que lo llamara una vez que saliéramos de allí (en este sitio no se puede aparcar).

Jardin Majorelle es obra del pintor francés Jacques Majorelle, quien quedó enamorado de esta ciudad. El jardín está lleno de vida, hay colores y naturaleza por todos lados y es una de las joyas de la ciudad roja. El jardín en sí es una obra de arte, está compuesto por cactus, bambús, cocoteros, plantas exóticas y especies raras procedentes de todas las partes del mundo.

En 1937 el pintor creó el azul de ultramar, o lo que es lo mismo el azul Majorelle, con el que pintó el chalet y hoy en día es característico del lugar.

El pintor fue repatriado a Francia y el Jardín Majorelle quedó abandonado. Fue Yves Saint-Laurent quien, en 1980 adquiere el lugar y lo restaura, dándole forma a la maravilla que es hoy en día. Jardin Majorelle es una parada obligatoria en tu visita a Marrakech.

Tras salir, avisamos al guardia, llamó a nuestro taxista y en 5 minutos estábamos montados en el coche rumbo a Jemaa el Fna.

Para aquellas personas que quieran tener reservada desde casa esta ruta, existe la posibilidad de reservar un tour. Os recogen en vuestro hotel, os llevan a Jardin Majorelle, luego a Jardin Menara y os dan un paseo en calash, o lo que es lo mismo, un carro de caballos. Por último, os devuelven a vuestro hotel. El tour se llama Paseo en calesa por los Jardines de Marrakech.

OCIO

Ese día volvimos a comer en uno de los puestos de la plaza. Deciros, que hay de todo para elegir: carne, pescado, fruta, verduras…

Tras comer, le preguntamos a uno de los chicos de los tantos puestos de la plaza si había un lugar cercano en el que sirvieran algo de cerveza y el chico tan amable nos llevó. Tenemos que añadir que Marruecos, al tratarse de un país musulmán el alcohol está prohibido. No obstante, hay algunos locales para el turista en el que sí que está permitido.

El local se llama Le Marrakchi y está justo en la misma plaza. Tienen dos tipos de cerveza, Heinekken y San Miguel, eso sí, a un ojo de la cara, pero merece la pena. Está justo en la planta de arriba y tiene unas vistas a la plaza espectaculares.

Al igual que el día anterior, el atardecer es sorprendente, he aquí la prueba de ello.

Tras una tarde relajados, toca relajarse aún más, así que fuimos a un spa. El sitio se llama Medina Spa Marrakech y hemos de decir que jamás nos habían dado un masaje como en aquel sitio.

Lo primero que hicimos fue ir a una sala donde nos cambiamos y nos dieron una toalla, un albornoz y una manopla. Después nos llevaron a otra sala en la que nos hicieron el ritual hammam. El hammam marroquí es una modalidad de baño árabe en la que se incluye limpiar el cuerpo, eliminar la piel muerta y quitar las durezas. En la sala había vapor de agua caliente para ayudar a que los poros se abran y a que la piel se humedezca.

En la sauna nos tumbaron a cada uno en una especie de piedra caliente. Primero nos dejaron unos minutos para relajarnos, luego nos embadurnaron de jabón beldi y nos dejaron otro rato en la sauna para que surtara efecto en el cuerpo. Para los que no lo saben, el jabón beldi o jabón negro es un exfoliante típico de Marruecos, está hecho de aceite de oliva negra y tiene propiedades exfoliantes naturales.

Al rato llegaron de nuevo las chicas, nos dieron un baño para quitarnos el jabón y procedieron a la siguiente fase: eliminar la piel muerta.
Usaron la manopla que nos habían dado (personal e intransferible muestra de su profesionalidad). Empezaron literalmente a lijarnos el cuerpo y a quitarnos cada centímetro inservible de nuestra piel. No podíamos creer que el cuerpo humano fuese capaz de expulsar tanta piel que no sirviera para nada. Realmente nos sentíamos como nuevos con todo el cuerpo limpio.

Nos dieron otro baño y nos dejaron otro rato en la sauna. Por último, nos volvieron a dar con agua porque la sensación térmica es bastante alta.

Salimos de allí relajados y como nuevos pero lo mejor vino después. Subimos a la planta de arriba, nos tumbaron a cada uno en una camilla y nos hicieron el mejor masaje de nuestras vidas.

Hemos estado en fisioterapeutas, baños turcos y hammams pero nunca nos habían dado un masaje tan bueno como aquel día. Os recomendamos enormemente que vayáis a Medina Spa Marrakech a relajaros y a que os purifiquen el cuerpo acompañado de un señor masaje.

Si pensabais que habíamos acabado con el hammam estáis muy equivocados. Cuando salimos de la sala de masaje, nos llevaron a un sofá para disfrutar de un té.

Salimos del Spa renovados y relajados. Antes de irnos para el riad aprovechamos para cenar por la zona. Fuimos a otra vez a la pizzería de la noche anterior ya que nos gustó la comida.

Si disponéis de tiempo, una de las actividades estrella que se hace desde Marrakech es visitar el desierto del Sahara y pasar la noche en una haima bajo la luz de las estrellas. En este sentido, los mejores tours que parten desde la ciudad son:

6. DÍA 3

FIN DEL VIAJE

Como os comentado anteriormente, el chico del Riad Irene se portó fenomenalmente con nosotros, nos acompañó hasta el punto en el que se encontraba nuestro conductor de Menaratrip para llevarnos de vuelta al aeropuerto. El conductor estaba puntual y la conducción fue estupenda.

Una vez que llegamos al aeropuerto tuvimos que ir al mostrador de la compañía aérea para que nos sellaran la tarjeta de embarque (esto es imprescindible en el aeropuerto de Marrakech). Una vez sellado, el procedimiento es el mismo que en cualquier destino internacional, es decir, control de pasaporte y control de equipaje.

Para los fumadores, el aeropuerto de Menara tiene una zona de fumadores, justo en la puerta de embarque A1.

Con esto acabamos nuestro post por la ciudad roja. Marrakech es una ciudad tradicional, imperial, llena de luz y de vida. Sus tradiciones y su cercanía la convierten en uno de los destinos africanos preferidos para el turista.

7. SEGURO DE VIAJE

Obtén tu 5% de descuento en tu seguro de viaje Iati seguros haciendo click en el siguiente banner:

Si queréis más información sobre cómo funciona, que modalidad de seguros hay y cuáles son sus coberturas, visitad nuestro artículo Seguros de viaje IATI – 5% DESCUENTO, cobertura y recomendaciones.

8. RESUMEN

Compartelo en tus redes sociales:

Un Comentario en “Marrakech en 3 días. Qué ver en la ciudad roja”

Déjanos tu comentario y síguenos la pista en Instagram y Twitter

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *